martes, 16 de abril de 2013

Last Night


La pasada semana apareció en Babelia un artículo muy sugerente de Antonio Muñoz Molina sobre la obra de un escritor americano que, hasta ese momento, nada sabía de su obra, ni tampoco de su existencia. Leí detenidamente el texto alusivo a James Salter (Nueva York, 1925) y fue un revulsivo para mí, hasta el punto de dejar las lecturas que llevaba entre manos y salir a buscar algún libro del neoyorquino para calmar mi apetito. Solamente logré encontrar La última noche, editado por Salamandra en 2006, un libro de diez relatos, donde se exploran los rituales de las decepciones en las parejas, sus abismos, rupturas y mentiras.

Salter, escritor de fuertes experiencias vitales (según los datos que recabé en internet), fue piloto de combate en 1957 en la guerra de Corea y también se llevó un tiempo apartado de su actividad literaria, en una actitud parecida a la que ya acostumbró a sus seguidores Salinger. Publicó su primer libro con treinta y dos años.

La última noche recoge diez cuentos donde Salter despliega una delicada capacidad para retratar los momentos del fracaso de las parejas, la fugacidad del tiempo y, por consiguiente, la pérdida. Todos los cuentos conforman un conjunto soberbio, donde destaca el que da título al libro, un relato muy original y con un final sorprendente. Todas las historias tienen la conexión de pertenecer a un cierto esterotipo de familia americana de clase media alta. A pesar de este cliché, magistralmente detallado también por otros escritores coetáneos, como Cheever y Updike, los relatos de Salter tienen el atractivo de la delicadeza y la sensibilidad de exponer con sutileza el mundo que se desmorona, de la vida que se apaga, de la traición que se descubre a través de los diálogos vivísimos de sus protagonistas, arquetipos del fresco costumbrista de la sociedad americana, llena de fiestas y de aburrimiento existencial.

En el artículo referido, Muñoz Molina se extiende sobre el cuento final de La última noche y afirma: “Corta el aliento desde el principio y en la última página depara una descarga eléctrica. En una trama simple que se desliza hacia lo vergonzoso y lo atroz, Salter trata de frente la muerte, el deseo y la traición. 'Last Night', es ese cuento que uno da a leer de inmediato a la persona querida, urgiéndole a dejar de lado cualquier tarea...”

Creo que este cuento, además de Cometa y Cuánta diversión son los más intensos y sutiles, todos ellos hilvanados en una prosa nítida, sin aparente artificio y aprovechando al máximo la economía de medios. Ciertamente, el mayor logro del libro es la unidad temática, su transparencia y la sencillez de contar lo misterioso de la realidad. Un gran hallazgo que celebro y agradezco a mi admirado escritor de Úbeda.



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