domingo, 13 de septiembre de 2015

El reino de las preguntas

No hay ninguna entrevista periodística que se precie como tal que no albergue la búsqueda por mostrar al lector el retrato y la personalidad del personaje entrevistado, sus secretos escondidos y su testimonio vital. La clave de una buena entrevista está en tener un generoso conocimiento del personaje y Juan Cruz (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1948), periodista con más de cincuenta años de profesión a sus espaldas, lo sabe bien. Sabe que toda entrevista no es un diálogo libre entre dos, sino que es una conversación centrada en uno de los interlocutores, además de tener presente al lector con las preguntas que satisfagan su curiosidad, un procedimiento que consiste en descubrir aspectos desconocidos del personaje y establecer vínculos con el entrevistado. En dos de sus últimas publicaciones: Jaime Salinas, el oficio de editor (Alafaguara, 21013) y Por el gusto de leer (Tusquets, 2104), Cruz hace gala, como pocos, de su magisterio periodístico, esa virtud tan perspicaz y vibrante de saber desde qué ángulo se debe abordar cada pregunta para conseguir el resultado deseado.

Hace apenas unos meses, la editorial que dirige Eva Serrano, Círculo de Tiza, en ese espíritu de recuperar lo mejor del periodismo narrativo, publicó treinta entrevistas memorables del periodista, escritor y editor canario Juan Cruz con grandes escritores universales, reunidas en el libro titulado Toda la vida preguntando.

Cuenta Mario Vargas Llosa en el prólogo del libro que Juan Cruz ha ejercido casi todos los géneros propios del periodismo: el artículo editorial, la columna de opinión, el reportaje, la crónica, etc., pero que es en la entrevista –subraya– donde esa curiosidad infantil que nunca le ha abandonado se transforma en un don. Y es que en la selección de conversaciones recogidas en este volumen hay todo un desfile de personalidades de las letras que se dejan seducir por el talante y la habilidad del entrevistador para responder al cuestionario, mayormente con frescura y sinceridad, reflejando cada entrevistado el estado de ánimo por el que atraviesa y, al mismo tiempo, el momento concreto de su existencia.

Curiosamente, la mitad del elenco de escritores entrevistados ya ha desaparecido. El libro reúne a nueve premios nobel: Neruda, García Márquez, Imre Kertész, Gunter Grass, Saramago, Orhan Pamuk, Doris Lessing, Vargas Llosa y Le Clézio. Los veintiuno restantes están repartidos entre premios Cervantes y Príncipe de Asturias de las Letras.

Cada uno de estos personajes aporta un aliciente a la entrevista y esa oportunidad no se le puede escapar a un experto en la materia. Cruz, con apenas dieciocho años, es capaz de sacar jugo al discreto Julio Caro Baroja con su primera puesta en escena como entrevistador. A Neruda lo entrevistó dos años después, cuando el barco en que viajaba atracó en Tenerife. Con la norteamericana Susan Sontag, tan esquiva y arrogante, supo extraerle ese vigor tan característico suyo de intelectual comprometida. En el encuentro con Onetti, echado de lado sobre la cama en su piso de Madrid, surge una conversación viva y sincera sobre su obra y la literatura de sus coetáneos. La más triste y melancólica de las entrevistas de esta antología es la que mantiene el periodista tinerfeño con Miguel Delibes que atravesaba una crisis vital, propia de una vida acabada y solitaria, cuyas palabras suenan a despedida. Para el propio autor, una de las entrevistas que más le cautivaron fue la que sostuvo con la autora de Harry Potter, J.K. Rowling, una experiencia inolvidable, no solo por la armadura intelectual de la escritora británica, sino por la calidad y sensibilidad humana mostrada en sus respuestas.

Dice Juan Cruz en el preámbulo del libro que “preguntar es aguardar el conocimiento ajeno”, y de eso va todo lo que encierra este texto, una recapitulación de testimonios de grandes autores de la literatura, personajes difíciles de abordar y escaldados a causa de múltiples apariciones en los medios de comunicación, en ese formato cercano e íntimo, pero público, que se supone que es la entrevista. Cruz lo hace a lo grande, sin repetirse, con ese ritual de hacerles hablar, más que obligarles a contestar preguntas.


Toda la vida preguntando es un texto publicado a conciencia y muy bien habitado por los inquilinos de renombre que la pueblan, una edición extraordinaria que ha hecho posible, gracias a la habilidad y maestría de su interlocutor, descubrirnos al resto de los mortales, amigos de la literatura y admiradores de sus celebridades, los testimonios y algunos entresijos de la vida y obra de los ilustres moradores que aguardan sus páginas. [Reseña núm. 238]

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